Construido por orden del gobernador e ingeniero Francisco de Murga en 1631, forma parte de la defensa proyectada para el arrabal de Getsemaní. A principios del siglo XVIII necesitaba reparaciones, tarea que llevó a cabo en 1730 Juan de Herrera […]
Construido por orden del gobernador e ingeniero Francisco de Murga en 1631, forma parte de la defensa proyectada para el arrabal de Getsemaní. A principios del siglo XVIII necesitaba reparaciones, tarea que llevó a cabo en 1730 Juan de Herrera y Sotomayor; no obstante, Lorenzo de Solís informa en 1753 del mal estado del San José, siendo Antonio de Arévalo el encargado de restaurarlo hacia 1770. El Baluarte de San José cuenta con un parapeto atronerado, una garita, una bóveda para el cuerpo de guardia, una escalera y una rampa de acceso.