Donde alguna vez se inmortalizaron batallas, hoy se narra la historia
Cartagena siempre fue una plaza deseada por piratas y enemigos de la Corona Española, por esta razón para sus pobladores la defensa de la ciudad frente a estas amenazas fue una cuestión prioritaria desde las primeras décadas de existencia de la ciudad. Una vez fortificado el primitivo núcleo de Cartagena y el arrabal de Getsemaní, se contempla la necesidad de emplazar en el cerro de San Lázaro una estructura que impidiera un ataque enemigo desde su cumbre, ya que ésta dominaba las murallas y la única entrada a la ciudad, la Puerta de la Media Luna en Getsemaní. Además esta colina era el punto intermedio entre la ciudad y el cercano cerro de la Popa, donde se construyeron unas baterías entre 1769 y 1780 para cruzar fuegos con el castillo y dificultar un ataque enemigo desde el playón Grande del Pie de la Popa.