En Cartagena de Indias, Colombia, se encuentra el más extenso y completo Paisaje Cultural Fortificado del Caribe, compuesto por un delicado sistema de defensa, que protegió a la ciudad y sus habitantes durante la Colonia, y un imponente sistema de producción, que abasteció a la Corona Española entre los siglos XVI y XVIII de material para la construcción de las edificaciones civiles, eclesiásticas y militares. Ambos sistemas contribuyeron con el desarrollo y transformación de la ciudad, que a la postre le mereció el reconocimiento a su Puerto, fortaleza y conjunto monumental como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco (1984).
Este posicionamiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad le trae a la ciudad responsabilidades y retos permanentes para su gestión y manejo, entre esos, el compromiso de desarrollar instrumentos de gestión que propendan por la conservación y protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC) del ámbito nacional.
De esta forma, en el 2018 se aprobó el Plan Especial de Manejo y Protección del conjunto arquitectónico compuesto por el cordón amurallado y el Castillo de San Felipe de Barajas, a través del cual se actualizó la normativa urbana en el entorno y se identificó la necesidad de ampliar la protección a los elementos del patrimonio cultural que conforman los sistemas fortificado y de producción como parte integral de su paisaje cultural.
Es así que, el Ministerio de Cultura, a través de la Escuela Taller Cartagena de Indias, adelantó la investigación, diagnóstico y formulación del Plan Especial de Manejo y Protección del Paisaje Cultural y Fortificado de la Bahía de Cartagena.